Enfermedad Celiaca – Rol de la Farmacia
Imagina por un momento estar
en la piel de un paciente a quien diagnostican con una enfermedad autoinmune que
padece el 1% de la población, como lo es la enfermedad Celíaca.
Seguramente ese paciente tenga miles de dudas, de las que quiere obtener respuestas de un profesional del sector de la Salud, y resulta que el primer centro sanitario al que acude la mayoría de los pacientes en España, es la Farmacia. Por esta razón todo aquel que trabaje en ella debe saber orientar y dar respuestas a las dudas que pueda tener el paciente.
En España, cerca de 450.000 pacientes están diagnosticados como Celíacos, y probablemente pienses que, al haber 22.000 Farmacias es muy poco probable que uno de estos pacientes acuda justamente a la tuya. Pero debes tener en cuenta que solo uno de cada siete de los pacientes son diagnosticados, lo que implica que realmente hay muchos pacientes que tienen la enfermedad y no han sido diagnosticados aún y súmale el hecho de que en ocasiones estos mismos pacientes tienen otras enfermedades autoinmunes relacionadas a la celiaquía como lo son la Diabetes, la dermatitis herpetiforme de Duhring y la Tiroiditis crónica.
La causa principal de la aparición de esta enfermedad es genética, se ha demostrado que todos los celíacos poseen marcadores genéticos en común como son el HLA-DQ2 y el HLA-DQ8. Por otra parte, el hecho de tener estos marcadores genéticos no son prueba fehaciente de tener la enfermedad ya que estudios evidencian que cerca del 30% de las personas con dichos genes, nunca llegan a desarrollar la enfermedad. Razón por la cual hacerse una prueba genética es útil únicamente para descartar la enfermedad, más no para confirmarla.
Para abordar al paciente, lo primero que te tenemos que saber es ¿Qué es la Celiaquía?, tal como se mencionó hace un par de párrafos se trata de una enfermedad autoinmune, en la que el gluten, que es una proteína que contienen algunos alimentos, desencadena una inflamación crónica en el intestino delgado del paciente. Los alimentos que contienen mencionada proteína son el trigo, la cebada y el centeno.
Cuando un paciente Celíaco ingiere
alguno de estos cereales, u otro alimento en el que pueda haber trazas de
gluten, e incluso un alimento que no lo tenga pero por contaminación cruzada
pueda tenerlo, su intestino delgado desencadena una respuesta inmunitaria, inflamándose
y con el tiempo va dañando el revestimiento del intestino, impidiendo la
absorción de algunos nutrientes.
Los síntomas de un paciente celíaco no necesariamente son gastrointestinales, ya que también existen síntomas extraintestinales, pudiéndose presentar todos o solo alguno de ellos, e incluso ser asintomático.
Dentro de los gastrointestinales destacan el dolor e inflamación abdominal, la diarrea, el estreñimiento, los vómitos y la pérdida de apetito. Y como síntomas extraintestinales se encuentran la fatiga, el cansancio, la anemia, variaciones en el peso, dolores de cabeza, irritabilidad, déficits nutricionales e incluso infertilidad, abortos repetidos y otras enfermedades autoinmunes relacionadas relacionadas a la celiaquía.
Como se aprecia, los síntomas gastrointestinales y los extraintesinales, son síntomas que se presentan en innumerables patologías, y si a esto le sumamos el hecho de que existen celíacos asintomáticos, es evidente la dificultad de diagnosticar la enfermedad, por lo que acudir a un especialista, hacerse pruebas específicas, o incluso realizarse una prueba de intolerancia al gluten como las que venden en las Farmacias, es importante para poder incrementar la tasa de pacientes diagnosticados.
Esta enfermedad NO TIENE CURA, y al no existir ningún tratamiento farmacológico para ella, la dieta estricta sin gluten es la única opción, por lo que conocer ¿Cómo debe ser la alimentación del Celíaco? es muy importante, ya que adicionalmente se trata de una de las primeras consultas que realiza el paciente con esta condición.
Aunque parezca algo complicado, el ajustarse a una dieta libre de gluten se enfoca principalmente en conocer cuáles son los alimentos aptos, los de riesgo y los no aptos. En base a esto desde la Farmacia podemos ayudar al paciente con su dieta, ayudándole a tener una gran calidad de vida a pesar de su enfermedad.
Los alimentos aptos son aquellos que no tienen gluten y en donde se enmarcan gran parte de los productos frescos como la carne, el pescado, los huevos, la leche, la verdura o la fruta.
Por otra parte, los de riesgo son aquellos elaborados y/o procesados los cuales dependiendo de su fabricante pueden o no garantizar la ausencia de trazas de gluten, entre los cuales podemos encontrar embutidos, chucherías, o platos ya preparados. En este grupo, hay que tener en cuenta la posibilidad de contaminación cruzada por el uso de planchas, freidoras o incluso utensilios pequeños los cuales sean utilizados en la elaboración de los alimentos.
Por último, los no aptos son los que ni por casualidad el paciente debe consumir, y donde encontramos los
alimentos que contienen en sus ingredientes trigo, cebada o centeno,
como pueden ser las pastas, panes, pizzas, harinas, bollerías, empanizados, etc…
Actualmente en el mercado encontramos que muchas marcas empiezan a ofrecer alternativas en donde la receta original del producto es modificada, garantizando ser productos sin gluten, por ello encontramos pizzas, panes, galletas, etc..pasando así a ser alimentos aptos para el paciente Celíaco.
Como farmacéuticos y/o
Auxiliares de Farmacia debemos enfocar
nuestros esfuerzos en hacer equipo con otros profesionales de la salud, y en conjunto poder apoyar en la educación del paciente, a su asesoramiento nutricional,
a la orientación del uso de medicamentos aptos para él, al seguimiento
personalizado a cada uno de los pacientes celíacos que acudan a la Farmacia, al
correcto control de posibles enfermedades relacionadas, y el incentivar el
diagnóstico precoz de esta enfermedad en la población general.
Estas pequeñas pero importantes acciones que desde la Farmacia nos permitirán alcanzar un rol protagónico en el apoyo al paciente Celíaco, aportando acciones en beneficio del control de la enfermedad.
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