OJOS SECOS – ¿Cómo abordarlo en la Farmacia?

Piensa que a pesar de que seas una persona muy feliz que no tiene motivos para llorar, o seas de aquellas con corazón de piedra que piensan que nunca sueltan una lagrima, aun así, tu cuerpo cuenta con glándulas lagrimales cuya única función es producir de manera constante lágrimas para mantener lubricado correctamente al ojo.

Ahora imagina que por algún motivo dichas lagrimas fueran insuficientes o fueran de baja calidad y no permitieran una correcta lubricación ocular. En ese caso, empezarías a sentir un pequeño ardor y/o picor que afectaría la superficie del ojo, produciéndote inflamación, molestias, enrojecimiento, problemas visuales e incluso lesiones en la córnea. Dicha afección es conocida como la enfermedad de OJOS SECOS.

El 80% de los casos de ojos secos se conocen como “ojo seco evaporativo” y se debe a una evaporación acelerada de la lágrima por deficiencias de su capa lipídica, y el otro 20% de los casos son de “ojo seco acuodeficiente”, el cual se debe a una escasa producción de lágrimas.

Cuando empecé a escribir este articulo, monte una historia en el Instagram @mkfarmaes, (valga la oportunidad para invitarte a seguir la cuenta), en la cual consultaba a los seguidores que tipo de tratamientos suelen recomendar cuando un paciente refiere los síntomas del ojo seco, y entre las respuestas que me hicieron llegar destacan algunas como:

“Recomiendo el uso de Ácido Hialurónico”

“gotitas hahaha”

“Omega 7, además de colirios hidratantes”

“Pomadas oculares, me gustan más que las gotas”

“AH al 0.4%”

Y todas estas respuestas, incluyendo las que no coloco en este artículo, me parecieron espectaculares y muy acertadas, ya que todas ellas buscan la correcta lubricación del ojo, pero es importante destacar que antes de recomendar cualquiera de las opciones terapéuticas que tenemos en la Farmacia debemos entrevistar al paciente, ya que nos permitirá conocer la posible causa, y en base a la misma dar recomendaciones que mejoren la condición del paciente. Les pongo el ejemplo de Silvia.

Silvia es una chica joven que paso por la Farmacia quejándose de resequedad en los ojos, y mediante una rápida entrevista averigüe que trabaja en su casa frente al ordenador, usa lentillas todo el día porque no le gustan las gafas, es tan friolera que deja la calefacción de casa encendida todo el día y como no le gusta mucho cocinar, su dieta se basa en comida rápida que le llega a través de Just Eat.

Como farmacéutico bien pudiese haberle recomendado el primer tratamiento que se me ocurra, pero con la información que tengo puedo aportar mucho más y darle sugerencias que le ayuden a solucionar su problema, por ello a Silvia se le dieron las siguientes recomendaciones:

1) Utilizar gafas en casa, ya que las lentillas pueden estar absorbiendo el fluido de sus ojos, y como sabemos que no le gusta usar las gafas, le recomendé que dejara las lentillas para cuando salga de casa.

2) En vez de dejar la calefacción encendida todo el día, abrigarse un poco le ayudará a controlar la humedad ambiental que puede estar afectándole los ojos y adicionalmente esta recomendación le ayudará a su economía.

3) Prepararse al menos una vez a la semana una comida rica en vitaminas y/o omegas, lo cual apoyaremos adicionalmente con algún complemento nutricional que con altas concentraciones de ácidos grasos omega, vitaminas y minerales.

4) En la medida de lo posible, descansar la vista del ordenador evitando así el Síndrome Visual Informático, que también favorece a la resequedad ocular.

5) Tratamiento farmacológico, el cual en el caso de Doña Silvia elegimos una lagrimas artificiales con ácido hialurónico al 0.1%, el cual es un excelente agente humectante que retiene hasta 1.000 veces su peso molecular en agua, aportando bienestar al ojo.

Fíjate como con un poco de información dada por Silvia, logramos ofrecerle un tratamiento farmacológico adecuado + un complemento nutricional acorde a sus necesidades + recomendaciones de estilo de vida, lo cual nos dará como resultado un paciente con ojo seco bien tratado, satisfecho y que confía mucho más en su Farmacéutico.

En la Farmacia existe una gran variedad de tratamientos farmacológicos para el ojo seco entre los cuales encontramos:

Lagrimas artificiales

Estos tratamientos alivian la sintomatología de los ojos secos y reducen el daño de la superficie ocular, están compuestas principalmente por agua y en un bajo porcentaje por algún soluto manteniendo el PH igual al del plasma sanguíneo (PH=7,4).

Cuando están combinadas con el ácido hialurónico (entre 0,1% y 0,4%) mantienen el ojo en condiciones humectantes óptimas, favoreciendo la migración de células epiteliales sanas, y actuando como barrera de permeabilidad selectiva. A mayor concentración de ácido hialurónico mayor hidratación ocular se consigue, aunque el paciente en concentraciones mayores al 0.2% puede referir un poco de visión borrosa.

No todas las lágrimas artificiales se combinan con ácido hialurónico, hay alguna que se combinan con otros humectantes como el polietilenglicol, carbómero, glicerina, etc…

Gel o pomada oftálmica

Estas suelen utilizarse cuando el paciente tiene irritación ocular al despertar o tiene lagolftamos nocturnos, lo cual le imposibilita el cierre completo del parpado durante el proceso del sueño, produciéndole resequedad ocular.

Este tipo de tratamientos se recomienda usarlos antes de dormir, colocando un poco de gel o pomada en el parpado inferior.

Complementos nutricionales

Los ácidos grasos omega 6, los omega 3 a altas dosis, las vitaminas A, B, C y los antioxidantes son nutrientes esenciales para mejorar la capa lipídica de la lágrima y que sea lo más eficaz posible en su protección evaporativa.

Los Omegas reducen la evaporación de la lágrima, reducen los síntomas de ojo seco y aumentan el volumen de lágrima producida. Por otra parte, las vitaminas son interesantes por su efecto anti-oxidante sobre los omega-3, evitando su degradación. Y por último el uso de minerales como como el Zinc, el Selenio y el Potasio contribuyen a la protección de las células frente al daño oxidativo.

Recuerda escuchar a tu paciente, entrevístalo, pídele información sobre sus síntomas y su estilo de vida, de tal modo que, al momento de recomendar un tratamiento farmacológico el mismo se adapte lo mejor posible a su condición.