¿Necesitamos a un mentor? – Para desarrollar nuestro trabajo en la Farmacia
Quiero
iniciar este articulo recordando y compartiendo una etapa extraordinaria de mi
vida, en la que las montañas formaban parte de mí, y de las que aprendí
muchísimo.
Finales
del 2008, junto a 14 grandísimos amigos del grupo Scout al que pertenecía, nos
disponíamos a escalar el Pico Bolívar en Venezuela, la cumbre más alta de la
cordillera de los Andes con 5.007 metros de altura sobre el nivel del Mar. Una travesía
llena de retos, paisajes, escaladas, temperaturas extremas, hielo, cuerdas y
mosquetones.
A pesar
de ser un grupo con experiencia en la montaña (algunos ya habíamos escalado cumbres
por encima de los 4.000 msnm), y gran experiencia en senderismo (algunos ya con
más de 20 años de experiencia), también era cierto que este nuevo reto era algo
muy grande, por lo que decidimos invitar a José Ramón, un montañista andino que
aunque no formaba parte del grupo, nos acompañaría durante toda la travesía, ya
que había coronado esta cumbre innumerables veces.
Durante
la ruta de 7 largos días, José Ramón nos contaba sus experiencias, sus
motivaciones, sus recomendaciones, sus historias, las cuales sin darse cuenta
se transformaban en inspiración y fuerza para aquellos que caminábamos a su
lado, permitiéndonos coronar aquella tan ansiada cumbre.
Hay
quienes me han dicho que, por nuestra experiencia e ímpetu, también hubiésemos
alcanzado la cima sin necesidad de que nos acompañara José Ramón, y eso no
tengo forma de saberlo. Lo que si se y tengo muy claro, es que cada una de sus orientaciones
y largas conversaciones sirvieron para enfocarnos en nuestro objetivo,
canalizar nuestras fuerzas, aprender de las nuevas experiencias, permitiéndonos
alcanzar la cumbre del Pico Bolívar aquel Diciembre del 2008.
A veces
sin darnos cuenta la vida pone delante de nosotros a personas como José Ramón,
quienes sin saberlo sacan la mejor versión de nosotros y nos permiten ver
nuestro propio objetivo, pero desde otros ojos.
Dejando
las montañas atrás y enfocándonos en el trabajo dentro de la Farmacia, sea cual
sea la experiencia que tengamos, hay momentos en los que necesitaremos a un José
Ramón, un mentor o referente que nos guie basándose en sus experiencias y en
las tuyas, que nos impulse a ser mejores, que nos enseñe a salir de aquellos
abismos en los que podamos caer, que nos haga sentir mucho más seguros y
confiados, logrando así desarrollar una mejor gestión de la Farmacia y un mejor
servicio al paciente.
Un mentor
puede aparecer en nuestras vidas sin saberlo, y sin buscarlo, por ejemplo: algún
compañero(a) de la Farmacia, amigos, tu pareja, algún influencer de las RRSS,
personajes públicos, o incluso no tan públicos pero que nos inspiran y buscamos
emular…incluso nosotros mismos podemos ser mentores o referentes para alguien
sin saberlo.
Por otra parte,
también podemos optar por acercarnos a mentores que se dedican a este tema de
una manera profesional, los cuales hacen un seguimiento personalizado y exhaustivo
para sacar lo mejor de ti, ayudante a canalizar tus conocimientos y logrando
que desarrolles mejor tu trabajo. Este tipo de mentores se pueden contratar a través
de agencias, academias, e incluso en RRSS conseguimos a muchos de ellos.
Y
ciertamente hay gente que piensa que no necesita a nadie para desarrollar su
trabajo, sin darse cuenta de algo que ya dijo el filósofo Jim Rohm, quien decía
que inconscientemente adoptamos los hábitos, la forma de pensar, de expresarnos
e incluso la actitud de las 5 personas con las que más nos relacionamos, por lo
que esas personas que piensan que no necesitan a un mentor o referente, ya lo
tienen sin darse cuenta.
Sea cual
sea tu manera de pensar, busca siempre rodearte y seguir a las personas
indicadas, de mentores y referentes que te ayuden a sacar lo mejor de ti,
porque serán ellos los que sabiéndolo o sin saberlo, te ayudaran a alcanzar la
cima, no solo en las montañas, sino en la Farmacia y en la vida misma.
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